jueves, 6 de marzo de 2008

I TOOK PANAMA


El yesQueroEnsayos de análisis y crítica



I took Ecuador PorRafael Rincón Patiño*
Revisado por Jose Castro C
moderador Internacional Acuerdo Humanitario Ya

La muerte de Raúl Reyes, comandante nro. dos de las Fuerzas ArmadasRevolucionarias de Colombia (Farc) en un ataque aéreo nocturno a sucampamento cerca de la población ecuatoriana de Santa Rosa, fue unamuerte planeada que viola el derecho internacional y que confirma laexistencia de un conflicto armado interno globalizado en Colombia.Conflicto armado interno que el Gobierno colombiano se niega areconocer, siguiendo las lecciones norteamericanas de la guerrapreventiva, con la convicción de que si lo diagnostica como agresiónterrorista puede enmarcar a sus adversarios como combatientes enemigosy los puede eliminar sin respetar los convenios de Ginebra, el Derechode La Haya sobre conducción de hostilidades o abstenerse de aplicarlos principios clásicos de inviolabilidad de la soberanía.En un Estado de derecho, que proscribe constitucionalmente la pena demuerte, el peor de los criminales no puede ser bombardeado sin que sealegue exceso de fuerza o desproporción en el uso legitimo del poderpunitivo del Estado. En un Estado de derecho la policía judicial debeentregar las pruebas al ente investigador y guardar la reserva delsumario y no salir a propalarlas a los cuatro vientos. En un Estado dederecho no se exhiben los cadáveres de los adversarios como se hacíaen la edad media. En un Estado de derecho los combatientes recogenprimero a los heridos y después a los muertos. Uribe V. está haciendola guerra desde el Estado de la misma manera que la hacen losparamilitares.Uribe V. ha logrado imponer su estrategia de guerra en Colombia y su medieval política criminal, por eso muchos de los logros de la llamadaseguridad democrática están fundados en las alianzas conorganizaciones paramilitares que han asesinado desde sindicalistas,académicos y defensores de derechos humanos hasta líderesguerrilleros. El paramilitarismo y las violaciones a los derechoshumanos en el Estado Comunitario son considerados males menores. Poreso no marcha el 6 de marzo en solidaridad con las víctimas delparamilitarismo y de los crímenes de Estado, sólo condena los crímenesde las Farc.Muchos de los logros de la seguridad democrática están fundados en laspunibles alianzas con el narcotráfico y el paramilitarismo como lo hasentenciado la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía General de laNación en los procesos contra cerca de 60 parlamentarios o en eljuzgamiento de Jorge Noguera Cote, ex Director del DepartamentoAdministrativo de Seguridad (DAS).El conflicto armado interno de Colombia se salió de las manos delGobierno colombiano, de las mismas Farc, de la Organización de EstadosAmericanos y de Naciones Unidas. Es un conflicto que en 50 años hamadurado y que ya tiene ejes, simpatías y antipatías allende lasfronteras.Las Farc parecen haber conquistado simpatías en los Gobiernos deNicaragua, Venezuela y Ecuador. Están, en la práctica, reconocidascomo fuerza beligerante por algunos funcionarios de estos Gobiernos,cuentan con territorio fronterizo para movilizarse desde hace muchosaños. Las Farc son el amor "tinieblo" de algunos funcionarios deGobiernos vecinos. Las Farc tienen un reconocimiento de beligeranciaen Venezuela, Ecuador, Nicaragua y unas simpatías crecientes con otrospaíses de América Latina.El desprecio de las Farc por las iniciativas de paz de la sociedadcivil colombiana las condenó al ostracismo en Colombia. Su pragmatismomilitar ("suscribir todo lo que sea ganancia, y consultar todo lo que
no sea", pensamiento del fundador Jacobo Arenas) las distanció de lapolítica nacional. Las Farc tienen un discurso libertario para losforáneos y acciones de indolencia para los compatriotas. Son luz en lacalle y sombra en la casa. Tienen gestos de desagravio con Chávez F. yni un solo gesto humanitario con Colombia. Parecen una guerrilla deocupación, no tienen cariño por Colombia.Lamentable es que las Farc en vez de aprender de los procesosdemocráticos electorales de Ecuador y Venezuela, sean ellas las quequieran dictar cátedra a estos países de su anquilosada revolución.Una revolución que mina los caminos campesinos y extorsiona con ladignidad humana. ¡Qué pereza para quienes tienen que leer loscomputadores de las Farc!Washington-Bogotá es el eje que, bajo el pretexto de la lucha contrael terrorismo que ellos arbitrariamente definen y pretenden imponer alos otros países, quiere imponer su inicua hegemonía capitalista enAmérica Latina.El eje Washington-Bogotá ha perdido espacio político en Brasil, Chile,Uruguay, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Cuba, Bolivia y Argentina. Esel eje que, disfrazado en la guerra contra las drogas y ahora en laguerra antiterrorista, quiere revaluar las reglas de la guerra en sufavor, cambiar los estándares internacionales de derechos humanos comolo viene haciendo George W. Bush con la denominada Tortura del agua(waterboarding).En enero de este año la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa(APCE) instó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y a la UniónEuropea, con una votación de 101 contra 3, a revaluar el procedimientoarbitrario mediante el cual se confeccionan las listas de"terroristas" por ser claramente violatorias del debido proceso (DickMarty, Estrasburgo, 23 de enero).La lucha contra el terrorismo no tiene dudas, las Farc tendrán que ser juzgadas y condenadas por todos sus crímenes de guerra y de lesahumanidad, pero esa lucha no justifica el retroceso en la protecciónde los derechos humanos o en el respeto de los derechos de lospueblos. La lucha contra el terrorismo no puede ser una excusa para latortura ni para la vulneración de la soberanía de otros países.La lucha contra el terrorismo no puede ser el neologismo de lascruzadas oscurantistas. Tomarse los países bajo el pretexto de lucharcontra el terrorismo o teniendo razón en la lucha contra el terrorismoenerva la democracia, envalentona al agresor y lesiona el sentimientopatrio del ocupado.Uribe V. con la toma de Ecuador revive la doctrina Monroe ("Américapara los americanos") y quiere mostrarle al mundo la complicidad delos vecinos con la guerrilla cuando ha sido Colombia el paísdesquiciado que no ha logrado una salida política al conflicto.Después de seis años de seguridad democrática no puede terminarColombia echándole la culpa de sus males a los vecinos.Las Farc y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) están en la listade organizaciones terroristas de la Unión Europea, puestos 28 y 36respectivamente (Posición común 2004/309/PESC del Consejo de abril 2de 2004).Colombia denunciará las relaciones de Ecuador y Venezuela con las Farcy, maliciosamente, guardará silencio de sus relaciones con las AUC.El presidente Uribe V. debería aprovechar, ahora que va a denunciar aChávez F. ante la Corte Penal Internacional, y llevarse copia de los60 expedientes de los congresistas, incluido el de su primo Mario,para que sean tramitados por el mismo tribunal.Militarmente la muerte de Raúl Reyes es un golpe importante a lasFarc, pero políticamente es un falso positivo: Colombia tenía unaguerra con las guerrillas, ahora tiene dos más.Colombia tiene que tramitar sus quejas contra Venezuela y Ecuador ante la OEA y la ONU si considera que hay connivencia de estos Estados conla guerrilla colombiana.Finalmente, lo que está ocurriendo no es más que el desarrollo del"proyecto hecatombe 2010-2014", proyecto mediante el cual elpresidente Uribe V. genera las condiciones de ingobernabilidadnecesarias para continuar su proceso de desinstitucionalización.* Director de háBeas Corpus, Oficina de Derechos y Gobernabilidad.Medellín, 4 de marzo de 2008

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